Encuentro muy saludable la candidatura presidencial de Marco Enríquez-Ominami y, en cambio, lo más antidemocrática la actitud del presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, al censurarla, pero sobre todo, al coartar con actitud de dictadorzuelo la legítima aspiración presidencial de José Antonio Gómez.
José Antonio Gómez es señor militante del Partido Radical Social Demócrata, uno de los colectivos que hacen parte de la coalición izquierdista de Gobierno (Concertación), a la que también pertenecen el Partido Socialista, el Partido Por la Democracia (PPD) y la Democracia Cristiana.
Quiso el señor José Antonio Gómez, con legítimo derecho, aspirar a ser el candidato de la Concertación, y le llovieron rayos y centellas de parte del presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, quien, palabras más palabras menos, le dijo “usted es un estorbo”, “qué es lo que usted busca”, “por qué usted no despeja el camino”.
Según Escalona, ¿cómo se le ocurría a José Antonio Gómez retar al ex presidente Eduardo Frei, en unas elecciones primarias?
Increíblemente enconado con José Antonio Gómez se mostró, pues, el genio de Camilo Escalona, casi tanto, o más, que con Sebastián Piñera, que es el candidato presidencial de la centro derecha, conformada por la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el partido del aspirante, Renovación Nacional, su auténtico rival.
¿Por qué no podía José Antonio Gómez aspirar a ser candidato de la Concertación? La nerviosa actitud del presidente socialista parece revelar una situación de fragilidad suprema en la Concertación y, por supuesto, un temor anticipado a perder ante Sebastián Piñera, en diciembre próximo.
Cumplidas las deslucidas primarias, y tras el conteo de votos, se confirmó que Eduardo Frei será el candidato presidencial de la Concertación. Pero el día de la proclamación, y en la propia tarima, el señor Escalona dio el más claro ejemplo de matonaje político, al increpar al oído y empujar a José Antonio Gómez, reprochándole no haber aceptado la derrota “una hora antes”.
¿Tenía importancia que el señor Gómez lo hubiera hecho una hora antes?
¿Iba a desbaratarse la Concertación, en esa supuesta “hora crítica”?
¿Por qué, el presidente de un partido que se precia de serio, el Socialista, hace esos alardes de bajeza en un acto solemne?
Decir, por lo demás, que el aspirante presidencial José Antonio Gómez obtuvo el 35% de los votos de la Concertación en esas elecciones primarias, lo cual es digno de tomarse en cuenta, y no menospreciar, como lo hizo el astuto genio de Camilo Escalona.
Y estamos hablando de que José Antonio Gómez, en su condición de ex ministro, parlamentario y presidente del Partido Radical, es “un peso pesado” en la Concertación. Qué decir, entonces, de la displicencia del señor Escalona cuando supo de la aspiración de (otro socialista), Marco Enríquez-Ominami.
Lo trató de algo así como “niño tonto”.
O sea, ¿el señor Escalona se consagró a sí mismo, como el que determina quién hace qué en Chile?
Pero lo hace de manera siempre equivocada, pues el “niño tonto” tiene, según las últimas mediciones de intención de voto, el 10% de las preferencias con miras a las próximas elecciones presidenciales.
Quizás, como zorro viejo, huela en el aire el señor Escalona que “la Concertación enfrenta nuevos dilemas de gobernabilidad”, como se analiza en la Fundación Chile 21, la que expresa: “algunos plantean que la alternancia sería aconsejable, para obligar a los sectores representativos de la izquierda, al interior del conglomerado, a reconciliarse con las fuerzas sociales con las que no han mantenido el necesario contacto durante estos años de concentración en las funciones político-institucionales, propias de la administración del poder”.
Y añade Chile 21:
“La Concertación de Partidos por la Democracia ha sido eficiente en la duplicación del ingreso per cápita en Chile y en la reducción de la pobreza. Enfrenta ahora el dilema de caer en el síndrome de la mujer de Lot, ensimismándose en los éxitos del pasado, o enfrentar creativamente los nuevos dilemas, en una perspectiva de adaptabilidad y cambio. Si no lo hace, corre el riesgo de pasar a convertirse en un interesante objetivo de estudio politólogico, porque es cierto que la unidad demostrada por los partidos que la han venido conformando resulta impresionante en un cuadro como el de América Latina, signado por lo provisorio, lo fugaz, la informalidad, la dispersión y la volatibilidad”.
Añadiríamos que una Concertación con dirigentes excluyentes, censuradores y dictadorzuelos como el señor Camilo Escalona, ya tiene suficiente, como para que, además, le gane el candidato de la centro derecha, lo cual Chile 21 da por probable, y muchos sin partido lo consideran deseable.
José Antonio Gómez es señor militante del Partido Radical Social Demócrata, uno de los colectivos que hacen parte de la coalición izquierdista de Gobierno (Concertación), a la que también pertenecen el Partido Socialista, el Partido Por la Democracia (PPD) y la Democracia Cristiana.
Quiso el señor José Antonio Gómez, con legítimo derecho, aspirar a ser el candidato de la Concertación, y le llovieron rayos y centellas de parte del presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, quien, palabras más palabras menos, le dijo “usted es un estorbo”, “qué es lo que usted busca”, “por qué usted no despeja el camino”.
Según Escalona, ¿cómo se le ocurría a José Antonio Gómez retar al ex presidente Eduardo Frei, en unas elecciones primarias?
Increíblemente enconado con José Antonio Gómez se mostró, pues, el genio de Camilo Escalona, casi tanto, o más, que con Sebastián Piñera, que es el candidato presidencial de la centro derecha, conformada por la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el partido del aspirante, Renovación Nacional, su auténtico rival.
¿Por qué no podía José Antonio Gómez aspirar a ser candidato de la Concertación? La nerviosa actitud del presidente socialista parece revelar una situación de fragilidad suprema en la Concertación y, por supuesto, un temor anticipado a perder ante Sebastián Piñera, en diciembre próximo.
Cumplidas las deslucidas primarias, y tras el conteo de votos, se confirmó que Eduardo Frei será el candidato presidencial de la Concertación. Pero el día de la proclamación, y en la propia tarima, el señor Escalona dio el más claro ejemplo de matonaje político, al increpar al oído y empujar a José Antonio Gómez, reprochándole no haber aceptado la derrota “una hora antes”.
¿Tenía importancia que el señor Gómez lo hubiera hecho una hora antes?
¿Iba a desbaratarse la Concertación, en esa supuesta “hora crítica”?
¿Por qué, el presidente de un partido que se precia de serio, el Socialista, hace esos alardes de bajeza en un acto solemne?
Decir, por lo demás, que el aspirante presidencial José Antonio Gómez obtuvo el 35% de los votos de la Concertación en esas elecciones primarias, lo cual es digno de tomarse en cuenta, y no menospreciar, como lo hizo el astuto genio de Camilo Escalona.
Y estamos hablando de que José Antonio Gómez, en su condición de ex ministro, parlamentario y presidente del Partido Radical, es “un peso pesado” en la Concertación. Qué decir, entonces, de la displicencia del señor Escalona cuando supo de la aspiración de (otro socialista), Marco Enríquez-Ominami.
Lo trató de algo así como “niño tonto”.
O sea, ¿el señor Escalona se consagró a sí mismo, como el que determina quién hace qué en Chile?
Pero lo hace de manera siempre equivocada, pues el “niño tonto” tiene, según las últimas mediciones de intención de voto, el 10% de las preferencias con miras a las próximas elecciones presidenciales.
Quizás, como zorro viejo, huela en el aire el señor Escalona que “la Concertación enfrenta nuevos dilemas de gobernabilidad”, como se analiza en la Fundación Chile 21, la que expresa: “algunos plantean que la alternancia sería aconsejable, para obligar a los sectores representativos de la izquierda, al interior del conglomerado, a reconciliarse con las fuerzas sociales con las que no han mantenido el necesario contacto durante estos años de concentración en las funciones político-institucionales, propias de la administración del poder”.
Y añade Chile 21:
“La Concertación de Partidos por la Democracia ha sido eficiente en la duplicación del ingreso per cápita en Chile y en la reducción de la pobreza. Enfrenta ahora el dilema de caer en el síndrome de la mujer de Lot, ensimismándose en los éxitos del pasado, o enfrentar creativamente los nuevos dilemas, en una perspectiva de adaptabilidad y cambio. Si no lo hace, corre el riesgo de pasar a convertirse en un interesante objetivo de estudio politólogico, porque es cierto que la unidad demostrada por los partidos que la han venido conformando resulta impresionante en un cuadro como el de América Latina, signado por lo provisorio, lo fugaz, la informalidad, la dispersión y la volatibilidad”.
Añadiríamos que una Concertación con dirigentes excluyentes, censuradores y dictadorzuelos como el señor Camilo Escalona, ya tiene suficiente, como para que, además, le gane el candidato de la centro derecha, lo cual Chile 21 da por probable, y muchos sin partido lo consideran deseable.
3 comentarios:
¿Sana la candidatura del corrupto Enriquez Ominami (sin contar con que es hijo de un terrorista sanguinario)?
Lean esto:
QUILLOTA; TIERRA DE CHIRIMOYAS, PALTAS Y COHECHOS
Cuando Bachelet, tras la primera vuelta, acusó a Piñera de estar pagando dinero a cambio de votos, y afirmó que el dinero de la Derecha no iba a cambiar la voluntad de los votantes chilenos, curiosamente olvidó (o no la dejaron decir) que el único caso de cohecho que conocemos, denunciado con nombre y apellido y en proceso de investigación , corresponde a su partido, el Socialista. Efectivamente, el alcalde DC de Quillota por ya tres períodos , Luis Mella, acusó a partidarios del candidato socialista electo a diputado por la zona, Marco Enríquez Ominami, de pagar votos a pobladores del Cerro Mayaca, sector pobre de la ciudad. Sin duda, el candidato socialista no hallaba la hora de comenzar a derrotar la pobreza, pagando ¡con cheques fiscales! A aquéllos que aceptaran apoyarlo. Estos cheques correspondían a planes de empleo adjudicados por el Gobierno Regional. Ignoro cuantos cesantes votarían por Enríquez Ominami, esperando que él les garantizaría algun trabajo, sin saber que los fondos que podrían favorecerlos estaban corriendo esta suerte. El taquillero cineasta, casado con la muy" proletaria" Karen Doggenweiller, fue así denunciado no por la Derecha, sino por un correligionario de la Concertación, quién al ver la actitud inaceptable de su partido de "Cállate, no hagas ruido", con justa razón, renunció al mismo.
Esto está siendo investigado por la Fiscalía regional. Ya se han formalizado cargos contra el ex SEREMI del trabajo de Valparaíso, José Manuel Mansilla , socialista, por delito de fraude al Fisco al utilizar fondos del Plan de Generación de Empleos para dicha campaña política de Enríquez Ominami, y hace un par de días, el intendente de la 5° Región Luis Guastavino montó en cólera al pedirsele en el Concejo Regional que se abriera una comisión de Fiscalización respecto a su actuación administrativa al respecto. Bachelet ha dicho estar de acuerdo con esta investigación de la Fiscalía, en especial teniendo en cuenta que su resultado concluirá mucho después del 15 de enero, por lo que los votantes no lo alcanzarán a conocer.
Cristián: si hay corrupción, que se investigue (como se está haciendo) y se sancione (como deberá ocurrir cuando termine la investigación que usted señala). El sentido del post es otro: el post reclama el derecho de que cualquiera pueda aspirar al respaldo del voto, independientemente de la bendición previa de los aparentes dueños de la política nacional.
Como curiosidad, por lo menos TVN, el canal oficialista, dedicó hoy unos minutos al tema de la candidatura de Marco Enríquez-Ominami, y la preocupación en la Concertación, además de la acritud del señor Camilo Escalona y qué puede ocurrir en el Partido Socialista.
También, como segunda curiosidad, copio la frase de Jorge Arrate, aspirante presidencial de Juntos Podemos, publicada en la página 8 de La Tercera, dedicada a "Apuntes" de la sección "Política", sobre Camilo Escalona:
"Siempre me han impresionado esos marcadores que juegan a la defensa y que son lo que llamamos "tronco", llegan tarde a la pelota, pero tratan de quebrar las canillas. Creo que Escalona ha tratado de hacer eso".
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